29 jul 2011

Extremos y Estrategias

Donde mejorse aprecian las temperaturas extremas que padecemos...
...invierno tan generoso en lluvias y una primavera tan ideal...
...en cuanto asoma el tórrido verano sus vasos se secan dejando...
...en estas lagunas de aguas poco profundas y estancadas...
...bastan unos palitos de un par de centímetros que aíslen los huevos...
...esconden a sus crías hasta que alcanzan el desarrollo...
Resulta sorprendente el poco cuidado ...
...no dudar en atacar a cualquier merodeador;...
...posarse a varias decenas de metros del intruso,...
..sólo consigo verlos días después...
...cuando ya son capaces de alimentarse por si mismo...
El eje de la madre TIERRA tiene una inclinación de 23,45 grados   respecto del plano orbital terrestre.
Este motivo hace que   el sol esté más alto o más bajo sobre el ecuador terrestre en su recorrido por    la eclíptica celeste produciendo por ello las estaciones  meteorológicas dándose sus distancias máximas en los solsticios de invierno y verano. Las distancias intermedias permiten climas más moderados durante la primavera y el otoño de tal modo que los organismos se van adaptando permitiéndoles procrear, desarrollarse o alimentarse lo suficiente para los grandes viajes migratorios que deben realizar cuando son incapaces de adaptarse a las extremas temperaturas  del verano o del invierno. Pero parece que aún no dominamos con precisión la meteorología y vamos comprobando como sus predicciones fallan  en el largo plazo. Resignados observamos cómo algo no está siendo igual que antes y en cuestión de unos pocos días pasamos de usar la chaqueta a derretirnos en sudor bajo el inclemente y asfixiante calor que nos maltrata en las largas jornadas de estío.
Donde mejor se aprecian las temperaturas extremas que padecemos es en la mayoría de las lagunas que conforman la Mancha Húmeda.
Incluso con un invierno tan generoso en lluvias y una primavera tan ideal como la que hemos disfrutado, que han permitido ver nuestras lagunas en su máximos niveles de inundación, en cuanto asoma el tórrido verano sus vasos se secan dejando al descubierto la base de tierra sobre la que se asientan: calizas, yesos, arcillas, etc. Sea cual sea su composición la  tierra  se resquebraja dando la sensación de que sus irregulares cuarterones se retuercen de dolor.
Los limícolas, o sea, las aves que viven de los organismos que se desarrollan en estas lagunas de aguas poco profundas y estancadas han desarrollado a lo largo de miles de años sus modos de vida en estos hábitat variables adaptándose a la perfección, aunque les desoriente a veces las acciones de los hombres que mediante los cultivos que realizan en los terrenos colindantes a las zonas inundables o mediante el pastoreo terminan por dejar al descubierto las estrategias de nidificación y cría.
Las cigüeñuelas suelen hacer sus nidos en los límites de las zonas inundadas, bien en terreno seco, bien sobre alguna protuberancia formada por vegetación o tierra que emerge del agua cercana  a la orilla. Para realizar el nido sobre el que pondrán un máximo de cuatro huevos no se complican en exceso: bastan unos palitos de un par de centímetros que aíslen los huevos del suelo, si la base sobre la que harán la puesta es vegetal  sólo se preocuparán de hacerla un poco cóncava con el fin de que el viento o una ligera crecida del agua no hagan rodar los huevos hasta sacarlos del nido.
Estos huevos de un tono verde oscuro con motas negruzcas e irregulares permanecerán al aire libre sin que las zancudas los engüeren durante el día, será el calor del sol el que les aporte la temperatura necesaria hasta la eclosión; las cigüeñuelas hacen mientras tanto una vida normal dedicadas a buscarse alimento y dar cortos vuelos alrededor del nido permaneciendo atentas a cualquier intruso que invada su terreno.
La simple observación de la actitud de estas  aves me ha hecho entender que no dudan en poner en prácticas estrategias disuasorias sorprendentes para llamar la atención de quien invade el terreno donde han nidificado o donde esconden a sus crías hasta que alcanzan el desarrollo que les permita volar.
Entre sus tácticas están el no dudar en atacar a cualquier merodeador; para ello no pararán en dar vueltas a su alrededor en actitud de ataque a la vez que emiten un estridente, corto y repetitivo chillido, la embestida la realizan a la espalda del invasor por lo que éste no ve el ataque.
Otro sistema que utilizan es el de posarse a varias decenas de metros del intruso, depredador o curioso que se adentró en su territorio de cría y simulan estar heridas o imposibilitadas para el vuelo para lo que interpretan extraños movimientos con las alas y el cuerpo e incluso dejándose caer con el fin de que el posible depredador pueda entender que ante su vista se encuentra una presa fácil con lo que abandonará el lugar en el que encuentra el nido o los polluelos hasta dirigirse a la actuante cigüeñuela que emprenderá el vuelo en cuanto considere que ha logrado sacar de la zona de peligro al depredador que seguirá buscando su alimento en otra dirección.
Resulta sorprendente el poco cuidado que ponen en disimular el nido y los huevos que en el depositan, pues me han resultado muy fáciles de localizar; por  contra el fantástico mimetismo  que consiguen al camuflar a los pollitos (entre la maleza supongo) que sacan del nido al rato de nacer escondiéndolos en lugares inaccesibles a la vista de cualquier depredador y por supuesto de la mia que soy incapaz de localizarlos y sólo consigo verlos días despues cuando ya son capaces de alimentarse por si mismo y acompañan a sus padres en los alrededores de sus refugios picoteando acá y allá atentos siempre al chillido de alarma de sus progenitores que les hace estar alerta huyendo raudos hasta la maleza o bien adentrándose en el agua si el intruso se acerca por tierra.