30 dic 2011

Esperando algo y...

A veces ocurre que no siempre pasan las cosas como uno dispone. Y ocurre, a menudo, que en los viajes que hago a Las Tablas con la ilusión de captar alguna imagen diferente me vengo de vacío y desilusionado.
Cuando no frustrado, porque como ocurrió hace unos días, a pesar de la buena temperatura de la mañana y de la soledad y el infinito relax que me proporcionaba la contemplación de esos parajes no conseguía ninguna fotografía para mi colección de las aves que habitan este humedal.
Sólo unos aguiluchos laguneros deambulaban de allá para allá en su incansable vuelo; siempre fuera del alcance de mi objetivo. 
En el hastío de la espera se me ocurrió hacer una serie a uno que bajó su vuelo más de lo que hacían hasta entonces. Me entretenía en ver levantarse a las cercetas comunes huyendo de enemigo tan temible y ver agrupadas a las fochas comunes en su alocada carrera de tierra firme hacia el líquido elemento que se supone les sirve de protección.
Esta vez no fue así y una de ellas fue capturada por el ataque certero del temible aguilucho. Como diez largos minutos la tuvo bajo sus garras hasta que la soltó porque otro individuo de aguilucho desalojó al primero de su presa y lo ahuyentó. El recién llegado se posó al lado de la focha mal herida y se quedó observándola.
La focha ni podía volar ni correr debido a las heridas recibidas pero en su afán de supervivencia se arrastró por el agua varios metros mientras el aguilucho permanecía expectante. Al cabo de un rato  alcanzó una zona de vegetación más densa y pensé que si la rapaz no se abalanzaba sobre ella se escabulliría y perdería su sustento.
El final de la historia me lo perdí; debía volver a casa mientras que a los protagonistas de la tragedia que presencié les urgía sobrevivir o perecer; una historia casi eterna.

Me frustró no haber tenido un objetivo de largo alcance, la escena resultó impresionante y me hubiese gustado mostrar con todo detalle. Otra vez será.


¡FELIZ AÑO NUEVO! Si es posible en los tiempos que corren ser medianamente felices.