9 dic 2011

Molinos Hidraúlicos. 2ª parte.

Todo esta zona que se aprecia en la imagen superior, hoy sembrada de cereal, quedaba anegada  con las crecidas del Guadiana y era retenida por una presa que servía para hacer funcionar al molino del Nuevo de Curenga.
El molino del Nuevo era un molino harinero que llegó a contar con cuatro piedras. Hoy sus ruinas siguen ahí, despertando en el caminante la reflexión  de si el progreso que hemos elegido ha compensado hasta ahora y a quién.
El cauce del Guadiana ofrecía, una vez superado el molino, un mayor encajonamiento por lo que en épocas de abundantes lluvias debía ser una de las zonas más inhóspitas del río.
La pequeña zona inundada que se muestra a la derecha de la imagen era el cauce natural del río que discurría entre lomas hasta el molino de Griñón.  En ese misma lugar vertía sus aguas la laguna de Navaseca, que crecía a la par que el río y dista unos tres Km. lo que demuestra la interdependencia que existe en todo el entramado fluvial de los ríos manchegos y el acuífero 23.
Esta imagen capturada la pasada primavera de 2011 muestra las zonas que el río inundaba antes de la canalización y destrucción del molino, que se aprecia al fondo. En cuanto el agua se evapora se ara y se siembra con cereales que resultan más caros de producir que los importados de otros países. Para que esta agricultura sea rentable se produce lo máximo posible, la sobreproducción conlleva excedentes, al ser superior la oferta que la demanda los precios se vienen abajo y el circulo vicioso se cierra; la locura continua un año tras otro. Ante este disparate que nadie parece dispuesto a solucionar cabe preguntarse: ¿Podremos importar de otras zonas agua dulce cuando  se agote  el acuífero?